Un buen retrato, independientemente de su estilo o soporte, se demuestra en la maestría del artista que es capaz de captar la esencia de la personalidad del retratado.
La fotografía es una instantánea de una fracción de un segundo tomada de la persona. Cuando creamos un retrato, la persona sentada pasa horas hablando con la artista, cuyos ojos, es como si se convertieran en dos lentes bien abiertos que observan y captan intuitivamente a la persona en su totalidad y a su vez reflejándola en el retrato.
Retratista Birgitte Knaus es reconocido internacionalmente por su impresionante trabajo en colores pastel, carbón de leña, terracota y un lápiz. Clasificado como uno de los 12 mejores retratistas de influyente revista ‘Town & Country’ de Estados Unidos, que ahora trabaja en toda Europa y EE.UU. desde su base en Viena, Austria.
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